martes, 11 de marzo de 2025

TESTIMONIO DE UN EXORCISTA SOBRE LA TREMENDA REALIDAD DEL PURGATORIO


 

TESTIMONIO DE UN EXORCISTA SOBRE LA TREMENDA REALIDAD DEL PURGATORIO

Padre Javier Sergio Hernández Ochomogo

En un exorcismo, los demonios dijeron que el Infierno lo habían creado ellos, no Dios. El Purgatorio debe ser fruto de la misericordia del Padre Celestial. 

En mi experiencia de exorcista,

he tenido mucho contacto con las almas del Purgatorio.

Créame que es

IMPRESIONANTÍSIMO.

Desde entonces oro constantemente por ellas.

Lo que les comunico lo hago con toda sencillez y humildad porque creo que es importante que nosotros renovemos nuestro amor por ellas. 

Me dirán: «¿Y Ud. ve a las almas del Purgatorio?» No, nunca he visto con mis ojos a las almas del Purgatorio durante los exorcismos.

Solamente las oigo hablar cuando emergen de las personas afectadas por entes maléficos o durante las oraciones que hacemos por personas que sufren.

En el equipo de liberación con el que trabajo, hay personas a quienes el Señor les ha dado el carisma de ver y escuchar a las almas del Purgatorio. 

Todo esto es muy misterioso.

Yo no logro comprender muchas cosas.

Mi interés es transmitirles a ustedes varias ideas que puedan ayudarles a mejorar su percepción sobre lo que está más allá de la muerte y sobre todo a AMAR GRANDEMENTE A LOS DIFUNTOS. 

A mi manera de ver, hay que ERRADICAR la creencia de que las almas cuando mueren “YA ESTÁN GOZANDO DE DIOS”. Se les hace su novenario de misas y “ya cumplimos”; al año su otra misa, y santas pascuas. “YA ESTÁ EN EL CIELO”.

TODO ESO ES FALSO.

Cuántas veces oigo decir: “Pobrecito, sufrió tanto antes de morir; ahora ya está descansando, contemplando a Dios”.

NO Y NO Y NO. 

Muy pocas almas van DIRECTAMENTE al Cielo. 

La inmensa mayoría entra en un estado de PURIFICACIÓN propio que se caracteriza por grandes sufrimientos.

Oscuridad, soledad, tristeza, dolor infinito en el alma.

Y pasan LARGOS AÑOS, muchos años en ese estado.

Piden oraciones: MISAS, ROSARIOS, VIACRUCIS. 

Yo tengo una larga lista de personas que han dado su nombre, apellido, año en que murieron, han dicho sus pecados, han pedido cosas, han pedido que les PERDONE SUS PECADOS.

La inmensa mayoría de los que vienen a mí son mis parientes difuntos. La inmensa mayoría yo no los conocía.

He tenido que ir a buscarlos a los árboles genealógicos y allí los he encontrado.

Exactamente como ellos lo dicen. Nombres y apellidos exactos.

Edad, fecha de muerte, circunstancias de la muerte exactas. Yo me quedo “helado”.

Todos se presentan llorando, llorando, llorando.

VESTIDOS DE GRIS la mayoría.

Ellos solamente hablan lo que DIOS LES PERMITE DECIR.

Yo no les pregunto más que lo mínimo para verificar si no se trata de un engaño diabólico.

El demonio no pide perdón, no se confiesa, no reconoce sus pecados, no ora, no es humilde, no reconoce a Jesucristo como a su Señor y su Dios.

Las almas del Purgatorio son prioridad para la Iglesia. Deben ser prioridad para todos nosotros. El ayuno estricto, los sacrificios, las limosnas, las buenas obras, las oraciones y sobre todo las MISAS y COMUNIONES ofrecidas por los difuntos les ayudan enormemente. Siempre piden misas. 

El PROTESTANTISMO HA HECHO UN DAÑO INMENSO a las almas del Purgatorio.

Los pastores evangélicos enseñan que no hay Purgatorio.

Eso es un GRAVÍSIMO ERROR.

Han echado a la basura las indulgencias, cuando éstas son un inmenso auxilio para los difuntos. Hay almas de PASTORES EVANGÉLICOS que aparecen durante las oraciones de exorcismos y siempre LLORAN y PIDEN PERDÓN por haber enseñado errores. 

En este párrafo Jesús nos enseña el gran valor de la oración por los difuntos. Recordemos que esas almas por las que oramos nos ayudan. Ellas no pueden obtener NADA PARA ELLAS MISMAS, pero sí pueden INTERCEDER POR NOSOTROS. 

En consecuencia debemos evitar hasta el más MÍNIMO PECADO para no manchar el alma y no “ganar” purgatorio.

Debemos hacer muchas OBRAS DE CARIDAD PARA DISMINUIR NUESTRO PURGATORIO. Aprovechemos para ganar el mayor número de indulgencias, parciales y plenarias.

miércoles, 5 de marzo de 2025

En el Purgatorio por Miedo al Infierno

 


En el Purgatorio por Miedo al Infierno.

En Italia se encontraba en un monasterio un monje de mucha santidad pero de poco hablar, él tenía la capacidad de ver las almas cuando salían de su cuerpo a su juicio particular.

Un religioso que era aficionado a ganar indulgencias por parte de sus mortificaciones no era tan ácido a los sacrificios como otro monje que se la pasaba todo el tiempo en mortificación.

Llegó la hora de su muerte y el santo monje que podía ver las almas salir del cuerpo vio que subió derecho al Cielo sin retención alguna.

Había muerto en esa misma semana el religioso que hacía tantas penitencias y tenía tantos padecimientos. Con sorpresa vio el monje místico como este religioso bajaba al Purgatorio.

Se encontraba en el Santísimo Sacramento en adoración y le preguntó a Jesús; pero cómo es posible que quien no se veía con tantas mortificaciones suba directo al Cielo, y el otro que tanto sacrificio hacía comía poco y dormía poco tuvo que ir a purificarse? Jesucristo le respondió:

“Quien subió directamente al Cielo hacía lo que estimaba mi Preciosa Sangre aplicando los medios de las indulgencias de la Santa Iglesia, me tenía un amor sin igual, y todo lo que hacía era por mi voluntad”.

“Sin embargo aquel que se mortificaba tanto que se veía afligido daba mal testimonio porque las personas entendían que el ser cristiano era vivir afligido y simplemente hacía sacrificios por miedo a condenarse no por amor a Mí”.

En ese instante salió este monje santo más edificado a predicarle a sus hermanos acerca de la importancia del amor a Jesús y de la pureza de intenciones.

Tomado del libro “Sermones de las Almas del Purgatorio” de la Edad Media.

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